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¿Se habrán imaginado los Diputados y Senadores el fenómeno electoral que está desarrollándose en este preciso momento en Nuevo León al momento de regular las candidaturas independientes con la reforma política del año pasado?
Yo lo dudo. Especialmente en el caso de la Senadora con licencia, Ivonne Álvarez, que durante estas últimas semanas se ha de dar topes en la cabeza por haber votado a favor de la reforma.
Y es que el panorama electoral de estas últimas semanas es diametralmente distinto al que se vivía al principio de los comicios.
Cuando antes la candidata tricolor encabezaba las encuestas y la intención del voto, ahora es inesperadamente desbancada por nada menos que un candidato independiente.
Esta figura que tiene más limitantes jurídicas y estructurales que incluso un partido político de nueva creación, debiendo recolectar miles de firmas sin financiamiento público, prácticamente impidiendo la publicidad en radio y televisión, y que además conlleva siempre la formación de una nueva estructura de campaña, en oposición a las de los partidos, que han tenido años de construcción, ha sido suficiente para que un equipo, a base de inteligencia, esperanza y mucho trabajo, haya superado a todos los contendientes; incluido el partido oficial, con todo y sus sindicatos, su control del Gobierno estatal, sus millones para la compra del voto, y sus más grandes aliadas: las televisoras.
Y no únicamente son las encuestas de EL NORTE y Saba las que reflejan el entusiasmo de la gente sobre "El Bronco", sino más que nada las medidas extremas que los partidos han tomado desde entonces para impedir que mantenga esta tendencia.
Comenzando por los ataques en forma de desprestigio y notas tendenciosas orquestadas por las televisoras, que, sin respetar el derecho constitucional a réplica, curiosamente no sólo surgen a nivel local, como habría de esperarse en una candidatura estatal, sino a nivel nacional, en horario premium y en el noticiero más visto de todo México.
Alguien muy poderoso está haciendo hasta lo imposible por que Jaime Rodríguez no sea el primer Gobernador independiente de Latinoamérica.
El PAN hasta importó de Harvard al ex Presidente Felipe Calderón para contribuir a la guerra sucia.
Desconozco si lo hayan traído por su don único de detección de "peligros para México", pero lo que sí no logro entender es con qué calidad moral le atribuye a Jaime un rompimiento institucional (a pesar de que la esencia misma de su campaña es tan simple como el irrestricto apego a le Ley), cuando él fue quien, con lujo de violencia, prescindió de las instituciones cuando utilizó la fuerza para tomar las instalaciones de una empresa pública y desalojar a sus trabajadores.
Cuando en total violación a la Ley fue responsable de haber hecho un montaje televisivo que resultó en la liberación de Florence Cassez sin siquiera haberse descartado su posible responsabilidad en los secuestros. Cuando en total violación a la Constitución, la institución suprema, impuso al Ejército en las calles, resultando en la muerte y desaparición de cientos de miles de personas (como en Venezuela).
De todos estos ataques, lo más sorprendente no es que Ivonne supiera que horas después de la pregunta que le hizo a "El Bronco" en el debate de EL NORTE, la ex esposa de éste estaría en la televisión local llamándolo mentiroso; sino que después de haber sido sorprendida apoyando a la candidata priista en sus eventos, de que fuera trasladada por el mismo Gobierno estatal a las instalaciones de la televisora y de que su declaración fuera a puertas cerradas, rodeada de gente intimidante, la gente todavía le dé valor a su testimonio.
Por primera vez en la historia mexicana, en Nuevo León tenemos la oportunidad de un gobierno sin partido. Pagar el precio de encabezar es natural, pues bien decía Gandhi: "Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas".