Era el 14 de mayo de 1836 cuando el territorio de Texas, a cambio del respeto a la vida de Santa Anna, su prisionero, se despidió para siempre de la República Mexicana, constituyéndose para este efecto como un país independiente.
Si bien amenazar con privar de su vida al Presidente de México para que éste acceda a firmar un tratado en el que uno de sus territorios se separa del nacional no es la vía jurídica idónea para formar un nuevo Estado, este hecho no fue impedimento para que el Gobierno de Estados Unidos, a pesar del desconocimiento como Estado por México, reconociera la independencia de Texas y tiempo después la anexara a su territorio, lo que resultó en una guerra con nuestro País.
¿Se les viene a la mente algún caso similar?
El mes pasado hubo una revolución en Ucrania que resultó en la destitución y fuga de su Presidente, y la toma de posesión del Gobierno por parte de Alexander Turchinov. A pesar de que el Parlamento decidió que las elecciones presidenciales serían el 25 de mayo, éste fue nombrado vocero del Parlamento y Presidente de Ucrania, en funciones.
Como consecuencia de esto, una cantidad sustancial de crimeos protestaron ante la toma inconstitucional del poder central, clamando a Vladimir Putin, Jefe de Estado de Rusia, como su Presidente y exigiendo que la independencia de Crimea se sometiera a consulta. El Parlamento crimeo accedió a las demandas populares, señalando fecha para efectuar referéndum que decidiera la independencia de la región, así como su reanexión a Rusia.
Con apenas 23 años de formar parte de la Ucrania independiente, perteneciendo antes a la Unión Soviética, la amplia mayoría de los crimeos son rusos o tienen raíces rusas, por lo que más del 95 por ciento de los sufragantes decidieron que Crimea se uniera al territorio ruso. Su independencia fue reconocida por Abjasia, Nagorno-Karabaj, Osetia del Sur y Rusia, quien aprobó integrarla a la Federación.
Ante esto, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos suspendieron a Rusia del G8. La Casa Blanca afirma estar uniendo esfuerzos para aislar económicamente al Kremlin, uno de los principales proveedores de gas a Europa.
Barack Obama asevera que las acciones rusas son violatorias de la integridad territorial de Ucrania, del derecho internacional y que son inaceptables, debiendo tener consecuencias muy serias. Reitera que "los grandes países no pueden simplemente molestar a los pequeños".
Estados Unidos, que afirma siempre luchar por el bienestar mundial, velando por la paz, justicia, democracia y apego al derecho internacional, ha tenido un papel protagónico en los asuntos de esta naturaleza. Analicemos algunas de sus más recientes participaciones.
En 2008, a pesar de la oposición de Serbia y otros países entre los cuales se ubica Rusia, que consideraban que se atentaba contra la integridad territorial de este país y el derecho internacional; Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Francia, junto a muchas naciones que ahora condenan a Rusia, apoyaron la separación e independencia de Kosovo, respecto del territorio serbio.
En 2011, Libia vivió una guerra civil muy violenta en contra del Gobierno de Muammar Gaddafi, resultando en violaciones a derechos humanos por ambos bandos, respecto de la cual se sometió ante Consejo de Seguridad de la ONU una intervención militar con el único efecto proteger a los ciudadanos de Benghazi de ser asesinados por tropas libias, misma que fue aprobada mediante la resolución 1973. Extralimitándose severamente en su función, la OTAN y Estados Unidos decidieron intervenir activamente en el conflicto, haciendo uso ofensivo de sus aeronaves contra Gaddafi.
Sin justificar la participación rusa en Ucrania, en la que a mi juicio hay elementos de derecho internacional público suficientes para argumentar ambas posturas, considero que la política mundial está plagada de protagonistas incongruentes cuyas conductas, indubitablemente, ponen de manifiesto una doble moral internacional.